En nuestro anterior artículo hemos visto cómo Fortnite se pensó con una estructura similar a la de un relato siempre cambiante en el que el factor aburrimiento se combate con continuas actualizaciones de entorno y personajes. En esta segunda entrega analizaremos el factor psicológico de la jugabilidad para continuar analizando porqué Fortnite es tan adictivo.
Abarcaremos en este análisis varios aspectos que a nuestro modo de ver. Explican de forma conjunta el grado de adicción que muchos jugadores demuestran tener a este videojuego. Anteriormente hemos visto que Fortnite tiene una estructura pensada para mantener en constante tensión al jugador. Además cuenta con la tienda y todas sus skins, bailes y paquetes de temporadas. Sin embargo, a continuación, vamos a analizar los aspectos que hacen que una partida de Fortnite sea el preludio de otra más. Y otra más. Y otra más. Y así en un exasperante bucle que termina con la paciencia de miles de padres y madres en todo el mundo.
Contenido
Un cocktail explosivo
En esta segunda parte sobre porqué Fortnite es adictivo. Hablaremos en primer lugar de un neurotransmisor conocido como dopamina. También conocida como hormona de la recompensa. La segregamos como resultado de la consecución de un objetivo deseado. Traducido a la jugabilidad. Los jugadores reciben una dosis extra de dopamina cada vez que consiguen un objetivo. Esta hormona es la principal responsable de quedarse atrapado jugando horas y horas para conseguir el objetivo marcado.
En el transcurso de una batalla de Fortnite el estres generado por la tensión en la batalla genera también un aumento de hormonas ligadas al estrés como la adrenalina. Esto unido al sentimiento de grupo que supone trabajar en equipo para matar enemigos. Hace que en nuestro cerebro estalle en un cocktail de hormonas que conocemos como sensación de satisfacción.
Cuanto más inmaduro sea el cerebro que exponemos a este cócktail de hormonas, más vulnerable será. De ahí la recomendación PEG de 12 años con la que se etiqueta el juego.
Transferencia al mundo real.
Fortnite ocupa la mayor parte de las conversaciones en el recreo del colegio, al menos antes del Covid, con lo que si todos tus amigos juegan. Tú también querrás jugar. Esto es especialmente importante en edades en las que la amistad cobra importancia.
Sin embargo esta transferencia al mundo real no sólo abarca las conversaciones de patio de colegio. El caso del baile Flossing. Con adolescentes bailando por todo el mundo a cada ocasión es solo uno de los ejemplos más famosos que podemos poner para darnos cuenta de cómo el juego a trascendido sus límites virtuales.
En nuestro anterior artículo hablábamos de la rápida expansión de Fortnite debido a la flexibilidad del software. Capaz de instalarse en la mayoría de los dispositivos actuales. Sin embargo la popularidad del juego se debe sobre todo a la capacidad de creación de contenidos multimedia en redes sociales como YouTube. Donde los jugadores pueden acceder a toda clase de vídeos con guías, trucos y estrategias de todo tipo para alzarse con la victoria o conseguir los pequeños desafíos.
Los pequeños desafíos y objetivos diarios
En el transcurso de una temporada. Fortnite va liberando de forma periódica pequeños objetivos que el jugador debe cumplir para obtener diferentes bonificaciones. Esto hace que el objetivo del juego, además de permanecer en pie hasta el final, se diversifique. De esta manera un jugador puede centrarse en conseguir el objetivo obvio de la partida: ser el único superviviente. Mientras que otros jugadores, con menos nivel, pueden intentar llevar a cabo los pequeños objetivos diarios para conseguir bonificaciones. De esta forma. No solo se recompensa al jugador por obtener la victoria sino también por obtener pequeñas victorias accesibles a todo el mundo. Con lo que se puede activar los mecanismos de recompensa del cerebro en cualquier partida.
Subidas de nivel
Cada jugador, en función del tiempo de juego y de algunos eventos durante la partida, (número de muertes, fichas de experiencia… etc) obtiene una serie de puntuaciones que contribuyen a subir su nivel. Este nivel se cuantifica mediante un número que comienza en 1 y se reinicia cada temporada. Esto quiere decir que podemos terminar una temporada en nivel 120 y en la siguiente reiniciaremos con nivel 1 de nuevo. Sin embargo. Esta subida de nivel al igual que los productos de la tienda de Fortnite, no supone ningún tipo de ventaja sobre otros jugadores.
A diferencia de lo que ocurre con otro tipo de juegos. En los que tener más experiencia y nivel supone otorgar nuevos poderes o mejores armas al personaje. Este sistema de puntos sirve para fomentar la competitividad y la ansiedad por conseguir más puntos de experiencia. Con cada subida de nivel podemos desbloquear algunos accesorios en la tienda y en ocasiones los jugadores reciben alguna recompensa extra. Con lo que de nuevo desatamos los mecanismos de recompensa.
La última y lo dejo
Como colofón probablemente la mejor explicación sobre porqué Fortnite es tan adictivo: la duración de las batallas es muy corta. De esta manera. Si tenemos a un jugador con poca experiencia o que esté aprendiendo a jugar, será una víctima fácil y el tiempo en el juego quedará limitada al primer contacto con otros jugadores más experimentados. Traducido en tiempo. La partida puede durar un par de minutos para este tipo de jugadores. Con lo que resulta muy fácil volver a intentar unirse de nuevo a otra partida para volver a intentarlo.
Este bucle que se repite cada dos minutos, despierta en los niños un sentimiento de “casi ganar” que comienza a hacerse cada vez más fuerte. Despertando cada vez más ansiedad para tratar de llegar a la victoria. Esto hace que el deseo de ganar sea cada vez más fuerte y sea excepcionalmente fácil hacerles caer en la trama de “una vez más”.
Nuestra Conclusión
Quizá de todos los mecanismos explicados en los dos artículos sobre porqué Fortnite es tan adictivo, el más poderoso de todos ellos sea este último. La capacidad para mantener la zanahoria colgada del palo justo delante de tus narices es lo que hace que pienses cada vez más en conseguir una victoria magistral olvidando tu última derrota. Que sea extremadamente fácil comenzar una nueva partida una vez te han eliminado del juego hace, como hemos visto, muy fácil caer en la trampa del “una vez más”. Con lo que resulta muy complicado decir basta, incluso a los adultos. A no ser que literalmente nos quiten el mando de las manos. Nuestro consejo es limitar las horas con algún dispositivo de alarma. Y sobre todo enseñarles a dosificar el tiempo. La vida es mucho más que jugar al Fortnite.